Con diferentes formas, estilos y colores, los anteojos recetados no son más un estigma y se volvieron un complemento más del look.
Hace tiempo que los anteojos recetados (o graduados), se convirtieron en algo más que un objeto necesario para mejorar la calidad visual, y se transformaron en un accesorio con valor estético propio, que se usan para transmitir una idea o imagen en especial, y ayudan a mejorar el aspecto del rostro (si usamos unas que nos favorecen).
Las marcas más reconocidas las adaptaron a las tendencias de moda, y no es raro verlas desfilar en las pasarelas. Las tendencias más vistas son:
– Anteojos graduados redondos: el estilo “John Lennon” llevado al extremo, con reminiscencias a la cultura pop: bien redondas, con marcos muy gruesos y con aspecto de ser “pesadas” son la moda, y con colores llamativos. Dan un toque femenino y enigmático.
– Anteojos graduados cuadrados: dependiendo del modelo, se puede obtener un look “geek”, vintage o moderno y urbano. La última moda son los armazones en tamaño XXL, en variedad de colores, pero donde se destacan el negro, azul, carey y caramelo. Se vieron mucho en las pasarelas de moda de la temporada, y famosos como Anne Hathaway o Ashton Kutcher las usan.
– Anteojos graduados Cat-eye (ojos de gato): infaltable desde ya unas cuantas temporadas, los marcos con los extremos en punta estilizan el rostro y aportan elegancia, glamour y femineidad. Se ven en diferentes estilos: con marcos gruesos o finos, con detalles de strass y en variados colores, aunque la mayoría apuesta al color negro, burdeos o carey.
Los anteojos de receta pueden conseguir cambios radicales en el rostro y en la apariencia en general como pocos complementos pueden, escondiendo defectos y aumentando las virtudes, por lo que es importante elegir el correcto.
Fuente: http://blog.lamasmona.com